(RV) Con un corazón lleno de reconocimiento y de
gratitud, finalizados los trabajos del Sínodo, el Papa se dirigió a
todos los participantes: «Puedo decir serenamente que, con un espíritu
de colegialidad y de sinodalidad, hemos vivido verdaderamente una experiencia de «sínodo»,
un recorrido solidario, un «camino juntos» –expresó. Y siendo un
«camino» –como todo camino– hubo momentos de profunda consolación,
escuchando el testimonio de pastores verdaderos y los testimonios de las
familias que han participado del Sínodo. Y también hubo momentos de
desolación, de tensión y de tentación.
Seguidamente Francisco dibujó un mapa de posibles
tentaciones: La tentación del endurecimiento hostil; del «buenismo
destructivo». La tentación de transformar la piedra en pan y el pan en
piedra; la tentación de descender de la cruz; de descuidar el «depositum
fidei», considerándose no custodios, sino propietarios y patrones, Leer más...