martes, 22 de agosto de 2017

Dejarlo todo por Jesús y su Evangelio...

Evangelio  de Nuestro Señor Jesucristo según San Mateo 19, 23-30.


Jesús dijo entonces a sus discípulos: "Les aseguro que difícilmente un rico entrará en el Reino de los Cielos. Sí, les repito, es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos".

Los discípulos quedaron muy sorprendidos al oír esto y dijeron: "Entonces, ¿quién podrá salvarse?".
Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: "Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible".

Pedro, tomando la palabra, dijo: "Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué nos tocará a nosotros?".

Jesús les respondió: "Les aseguro que en la regeneración del mundo, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, ustedes, que me han seguido, también se sentarán en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.

Y el que a causa de mi Nombre deje casa, hermanos o hermanas, padre, madre, hijos o campos, recibirá cien veces más y obtendrá como herencia la Vida eterna.

Muchos de los primeros serán los últimos, y muchos de los últimos serán los primeros.

Palabra del Señor

Reflexión P. J. Garcia
Jesús responde a la negativa del joven, que le pregunta sobre la Vida Eterna, con una de esas reflexiones más contundentes y radicales. "Ser rico, acumular riquezas, vivir para cuidarlas y convertirlas en el centro de la vida, es el mayor obstáculo para entrar en la novedad del Evangelio. Jesús habla de la entrada en el Reino de Dios. No tanto de poder salvar el alma, sino de iniciar aquí; esa nueva manera de vivir, que pone la riqueza al servicio de la vida de los pobres. Transforma el corazón y las estructuras del mundo en comunidad de hermanos. Se cambia el concepto de la acumulación, dejarlo todo por Jesús y su Evangelio, asegura una acumulación diferente. Se acumulan los bienes del Cielo, se gana en amigos, en hermanos, en vida comunitaria, en una familia extensiva de madres, de hermanos y hermanas. Solo Jesús omite  los Padres para dar entender que en esa comunidad nueva, no hay jefes que dominen a los demás, como era los Padres en la sociedad de Jesús. Ojalá que valoremos estas reflexiones y las pongamos en practica.

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