miércoles, 23 de noviembre de 2016

AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO

Dar buen consejo y enseñar al que no sabe son dos obras de misericordia, nos dice hoy el Papa Francisco, que son muy necesarias, y como tales, obras de misericordia. Pero, enseñar exige conocer, pero también experimentar. Sólo conoce aquel que sabiéndolo lo experimenta. Eso es muy relacionado con el testimonio y la vivencia.

La catequesis no es una clase más, sino una experiencia de tu fe y la que la comparten viviéndola. Porque la fe se va haciendo realidad en la medida que tú, al oírla y conocerla, empiezas a compartirla en tu propia vida. Démonos como nos dice el Papa en dar buenos consejos y enseñar bebiendo, en el Espíritu Santo, de la Palabra de Dios.






PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 23 de noviembre de 2016


Queridos hermanos y hermanas:

La catequesis de hoy está dedicada a dos obras de misericordia muy relacionadas entre sí: dar buen consejo al que lo necesita y enseñar al que no sabe. La falta de instrucción es una grave injusticia que atenta contra la dignidad de las personas. Cuántas personas y sobre todo niños, a causa del analfabetismo, caen víctimas de la explotación y de otras lacras sociales. La Iglesia ha sentido siempre la necesidad de comprometerse en el campo de la enseñanza para cumplir su misión de evangelización. Muchos santos han consagrado su vida a la educación de los más desfavorecidos, sabiendo que ese es el camino para superar la miseria y la discriminación.

“Dar buen consejo al que lo necesita” es un verdadero acto de amor hacia las personas que están desorientadas o tienen dudas. Todos podemos tener en algún momento dudas sobre la fe. La escucha de la Palabra de Dios y la catequesis nos ayudan a superar esas dudas. Pero además es importante concretar la fe en nuestra vida, para que no se convierta en algo teórico y abstracto. Cuando practicamos la fe, sirviendo a los hermanos y especialmente a los más necesitados, entonces muchas dudas desaparecen porque sentimos la presencia de Dios que nos ama.


Saludos
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos a la Virgen María que nos ayude a tener un corazón atento a las necesidades de las personas que nos rodean, para que también ellas puedan experimentar el amor que Dios les tiene. Muchas gracias.