domingo, 27 de septiembre de 2015

ESCÁNDALO

(Mc 9,38-43.45.47-48)


Somos responsables hasta cuando dormimos. Es una manera de expresar la gran responsabilidad que tenemos con la actitud y los actos de y en nuestra vida. Nada, aunque nos parezca insignificante, pasa desapercibido, y nuestro testimonio de vida tiene suma importancia y trascendencia.

Observamos que cuando se habla de una persona se sacan a relucir detalles y actitudes que parecían no se notaban o trasmitían, y nos sorprende todo, bueno o malo, que ha transmitido esa persona. Con nuestros actos damos ejemplo y es nuestra responsabilidad que nuestros testimonios sean buenos y den ejemplo para que otros los imiten y les sirvan de referencia. Sobre todo a los niños que se fijan y están aprendiendo. 

La escala de valores, valores que defiendan la verdad y la justicia y que se apoyen en el amor gratuito tal y como nos ha enseñado Jesús. Es eso lo importante, venga de donde venga, porque quienes hagan eso no estarán en contra de Jesús, sino a su favor. 

Todo el que viva y defienda la verdad y la justicia será bendecido y recompensado por Jesús, porque eso es estar a su favor y defenderle. Necesitamos rodearnos del ambiente que nos facilite y nos ayude a vivir en esa actitud auténtica y verdadera. Y ello nos exige desprendernos de todo aquello que nos obstaculiza y nos interrumpa nuestro camino. A pesar de ser cosas que estén muy dentro de nosotros y muy arraigadas y que representen una gran dificultad a la hora de desprendernos.

Ese es el significado de esas expresiones: Y si tu mano te es ocasión de pecado, cortártela. Más vale que entres manco en la Vida que, con las dos manos, ir a la gehenna, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo. Más vale que entres cojo en la Vida que, con los dos pies, ser arrojado a la gehenna. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo. Más vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga».

Hagamos el esfuerzo de permanecer unidos y de, vengamos de donde vengamos, vivir en el amor que Jesús, el Señor, nos ha transmitido y nos regala gratuitamente. En Él seremos recompensados y salvados.