miércoles, 29 de julio de 2015

EN BUSCA DEL TESORO



La vida sin tesoro es vida sin sentido. Desde que empezamos a latir dentro del vientre de nuestras madres, nuestro camino empieza, aun sin saberlo, a buscar el tesoro de nuestra vida.

Es posible que lleguemos al final y no sepamos encontrar, ni siquiera adivinar dónde está nuestro tesoro. Posiblemente la vida se nos haya ido sin darnos cuenta y la hayamos desperdiciado en tesoros caducos y erosionados por la polilla y la herrumbre.

Sería una pena que le descubriremos al final del camino, pero quizás sea ya tarde para buscarlo. El verdadero Tesoro tiene relación con lo que todos andábamos y andamos buscando, vivir eternamente feliz. Y ese Tesoro tiene a una Persona que lo da gratuitamente, Jesús. Simplemente nos pide que amemos como Él nos ha enseñado.

domingo, 26 de julio de 2015

MOVIDOS POR EL INTERÉS

(Jn 6,1-15)


La pregunta que se me ocurre es: ¿Acaso nos podemos mover sin interés? La gente busca a Jesús porque en Él descubren la solución a sus problemas. Aparte hasta les da de comer. En consecuencia no le pierden de vista. ¿Actuamos también así nosotros?

La experiencia nos descubre nuestra propia condición de esclavos e impotencia sometida a inclinaciones y apetencias que nos dominan. Nos experimentamos incapaces de ser libres y nos movemos por intereses. Seguimos a Jesús, no por ser Jesús, sino por lo que nos da Jesús. Y quizás hoy nos ocurre lo mismo. Claro está que si Jesús no hubiese resucitado ni nos diera la vida eterna, ¿por qué lo íbamos a seguir? Supongo que esa deducción está clara.

De cualquier forma, eso nos descubre nuestras limitaciones y pobreza para liberarnos de nuestra cárcel humana que nos esclaviza. Y eso nos lleva a pedirle al Señor su Gracia para seguir a su lado y permanecer fieles a su Palabra a pesar de nuestros pecados y egoísmos. Nuestra purificación pasa por la Gracia del Señor y por dejarnos empapar por el Espíritu Santo.

Claro está que no podemos dejar de buscarlo para que nos sacie el hambre material y nos cure de nuestras enfermedades, pero también queremos ser sanados de nuestros pecados y salvados espiritualmente. Somos conscientes de nuestro egoísmo y eso nos descubre la necesidad de permanecer en Él. Necesitamos su presencia y su amor. Y nuestra alegría es descubrir que somos queridos, amados y salvados por nuestro Padre del Cielo. Porque Jesús nos lo revela y nos lo enseña.

El milagro que hoy nos presenta el Evangelio es un ejemplo y un testimonio de la Misericordia de Dios. Pero también un ejemplo de su humildad y servicio. No quiere protagonismo. Ha venido sin hacer ruido y sin privilegios, y se aleja ante la tentación de aquellos que quieren exaltarlo y nombrarlo rey por su poder y milagros. Jesús se desmarca de todo eso. 

Simplemente toca nuestro corazón para despertar en él nuestras ansias de servir y amar. Porque ese es el Reino que Él busca. Un Reino de amor, de verdad, justicia y paz.

domingo, 19 de julio de 2015

LA NECESIDAD DEL DESCANSO

(Mc 6,30-34)


Hoy Jesús nos habla del descanso. Al menos aparece en el pasaje evangélico: «Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco». El descanso se hace necesario porque nuestra humanidad no puede vivir ni resistir el  agobio. Y en muchas ocasiones sucede eso, sobre todo cuando le das a la gente lo que buscan y necesitan.

Es el caso de hoy. Los apóstoles se reúnen con Jesús y le cuentan todo lo que habían hecho y enseñado. Estaba alegres y contentos, y eran tantos lo que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer. Esto nos da una idea de lo atareado que estaban. Y Jesús consciente de ello les propone ir a un sitio tranquilo a descansar. Se hace necesario buscar esos espacios de tiempo que nos saquen de la rutina o la actividad de cada día para renovar nuestras ilusiones y nuestras fuerzas.

Sin embargo, ocurre que no entendemos el descanso, porque salimos de un lugar y nos metemos en otro peor, lleno de actividad, visitas, diversiones y ajetreos que lo que hace es cansarnos más aunque sea de cosas diferentes. El resultado es que al volver nos experimentamos más cansados que al principio. No es que sea siempre así, pero suele ocurrir esto.

El descanso debe ser para relajarnos, no de forma pasiva y abandonada, sino de paz, de sosiego y de una actividad diferente, meditada y de espacios de reflexión que nos ayuden a recuperar nuestra ilusión y a renovar nuestras fuerzas. Sin embargo, ocurre que hasta en los momentos de descanso se nos presenta la necesidad y exigencia de atender a los demás. Es lo que reflexionamos en estos días anteriores, la prioridad es el bien del hombre, incluso ante que nuestro propio descanso.

Pidamos al Señor que sepamos descansar, no solo para recuperar fuerzas sino para crear ilusiones y horizontes luminosos en nuestra vida. El descanso no hace pensar y vernos por dentro, y nos servirá también para escuchar tu Voz que se dirige a nosotros y nos invita a crecer en actitud de verdad y justicia.

Danos Señor esa Gracia de no desfallecer y, utilizando el descanso salir de la rutina y renovar la ilusión y las fuerzas para continuar la batalla.

domingo, 12 de julio de 2015

TODAVÍA NOS CUESTA ENTENDERLO

(Mc 6,7-13)

No es cuestión de entenderlo, porque me parece que lo entendemos, sino cuestión de experimentar la experiencia, valga la redundancia, de la Resurrección. Y nada mejor que el encuentro con la amenaza de la muerte.

Una experiencia cercana a la muerte revive en nosotros el valor de la vida y despierta el encuentro con Jesús, que nos ofrece la Vida Eterna. Sin ese encuentro se nos hace difícil entender el sentido y el compromiso de la misión. Los apóstoles y lo entendieron, y, en consecuencia, proclamaron esa Buena y Gran noticia: "La Salvación Eterna". Una noticia que sólo va dirigida a aquellas que se abren a ella. 

No es un mensaje que se impone, sino que se propone y se ofrece libremente, porque se sabe buscado y deseado por el hombre, aunque ignorado o ciego a descubrirlo. Por eso, donde no es aceptado se retira y se esconde. Digamos que no es una noticia que se repite inútilmente, sino que se da gratuitamente estando permanentemente abierta a su acogida y aceptación. 

Eres tú la llave que puedes abrirla y dejar que, sembrada en tu corazón, eche raíces y dé frutos. Verdaderos frutos de conversión que posibiliten y permitan la conversión de otros. No hay dependencia de medios de ninguna clase. Fuera alforjas, pan, sólo una túnica...etc. La eficacia del Mensaje no dependerá de lo que llevemos ni de lo que tengamos. Será la Gracia del Espíritu Santo.

Hoy, quizás con tantos avances técnicos, estamos tentados a apoyarnos en métodos, estrategias y medios que parecen garantizan el éxito del mensaje, olvidándonos de que lo único verdaderamente importante es la Gracia de Dios y la apertura de nuestro corazón a esa Gracia. Jesús nos lo dice claramente y nos previene contra los que se cierran a su Mensaje. No hay que darle más vuelta. Sólo importa dos cosas: abrirse a la Gracia de Dios depositando en Él toda nuestra confianza, y poner todo el esfuerzo por nuestra parte en amar según el Espíritu de Dios.

Y confiar y confiar abandonados a su Palabra y poniendo en Él toda nuestra fe para dejarnos conducir y guiar esforzándonos en vivir según su Espíritu con el testimonio de nuestra vida. Amén.

jueves, 9 de julio de 2015

VIAJE APOSTÓLICO - SANTA MISA

Plaza de Cristo Redentor - Bolivia


Hemos venido desde distintos lugares, regiones, poblados, para celebrar la presencia viva de Dios entre nosotros. Salimos hace horas de nuestras casas y comunidades para poder estar juntos, como Pueblo Santo de Dios. La cruz y la imagen de la misión nos traen el recuerdo de todas las comunidades que han nacido en el nombre de Jesús en estas tierras, de las cuales nosotros somos sus herederos.

En el Evangelio que acabamos de escuchar se nos describía una situación bastante similar a la que estamos viviendo ahora. Al igual que esas cuatro mil personas, estamos nosotros queriendo escuchar la Palabra de Jesús y recibir su vida. Ellos ayer y nosotros hoy junto al Maestro, Pan de vida.

Me conmuevo cuando veo a muchas madres cargando a sus hijos en las espaldas. Como lo hacen aquí tantas de ustedes. Llevando sobre sí la vida y el futuro de su...

domingo, 5 de julio de 2015

EN TU PROPIA CASA NO TE ESCUCHAN

(Mc 6,1-6)


La experiencia nos habla que es en tu entorno y conocidos donde se hace más difícil ser escuchado. Sobre todo cuando se trata de proclamar la verdad y la justicia. Pronto se levantan voces que se escandalizan y te señalan como manzana de discordia. Cuesta mucho aceptar tu autoridad cuando eres conocido e hijo de tu propia tierra.

¿Por qué ocurre esto? Quizás porque la convivencia es difícil y descubre las debilidades y pecados de cada uno; quizás porque viéndonos como seres humanos, pobres y limitados, nos escandaliza que proclamen la verdad cuando dejan mucho que desear. Pero, ¿esto no ocurre en Jesús? Jesús habla con autoridad, con sabiduría y hace milagros que maravillan. ¿Cómo se explica que le rechacen?

Supongo y creo que la falta de humildad les impide reconocer, ver y descubrir a quien tienen delante. Ciegos por su soberbia no advierten la divinidad de Jesús. Ciegos por su soberbia y falta de humildad solo ven al hombre, humilde y sencillo, hijo de José el carpintero. ¿Cómo reconocerle el Mesías, el enviado de Dios? Se necesitará mucha humildad, y ellos no la tienen. Sus conocimientos de la persona de Jesús como joven que ha convivido en el pueblo, y el de su familia les levanta un muro infranqueable que les vuelve ciegos.

Jesús, consciente de esa barrera, llega a decir que nadie es profeta en su tierra. Y todos experimentamos, a través de los tiempos, que realmente ocurre eso. Cuesta mucho ser profeta en su tierra. Sólo, tras la muerte, se le empieza a reconocer y se le hacen homenajes.

Tuvo que morir Jesús para en su Resurrección, pilar de nuestra fe, su Divinidad fuera proclamada por todos los lugares del universo. Y su Amor por todos los hombres fuera reconocido y admirado. Sin embargo, creer en Jesús exige una mirada limpia, sencilla, humilde y sincera. No se puede aceptar la verdad si, antes no estás dispuesto a morir por ella. Y sólo eres capaz de hacerlo cuando experimenta que el amor por la verdad es la fuente del gozo y la felicidad eterna.

Posiblemente fue eso lo que les faltó a aquellos contemporáneos de Jesús. Humildad y deseos de querer creer en Él. Porque las pruebas y el testimonio estaban delante de sus ojos. Ellos mismos eran testigos: La multitud, al oírle, quedaba maravillada, y decía: « ¿De dónde le viene esto? y ¿qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¿Y esos milagros hechos por sus manos?

De la misma manera nos ocurre hoy a nosotros. No hay diferencias. Oímos la Palabra, la leemos y vemos muchos testimonios de creyentes que se entregan a la ingente tarea de amar. Experimentamos el gozo del amor cuando nos damos de forma desinteresada y gratuita, más, sin embargo, volvemos a caer en las garras del mundo que nos confunde y nos llena de dudas y rechazos.

Señor, limpia nuestro corazón y llénalo de humildad para que, con una mirada sana, sencilla y sincera se transforme en un corazón dócil a tu Voluntad. Amén.

jueves, 2 de julio de 2015

Misa en Santa Marta - Acortemos las distancias



2015-06-26 L’Osservatore Romano
Acercarse a las personas marginadas, acortar las distancias hasta tocar sin miedo de ensuciarse: Esta es la «cercanía cristiana» que nos mostró Jesús liberando al leproso de la impureza de la enfermedad y también de la exclusión social. A cada cristiano, y a toda la Iglesia, el Papa pidió tener esta actitud de «cercanía» durante la misa del viernes 26 de junio, por la mañana, en la capilla de la Casa Santa Marta. La próxima celebración está prevista para el 1 de septiembre.
«Al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente»: El Papa Francisco inició la homilía repitiendo las primeras palabras del Evangelio de Mateo (8, 1-4) propuestas por la liturgia. Y toda la gente, explicó, «había escuchado sus catequesis: estaban maravillados porque les hablaba “con autoridad”, no como los doctores de la ley» a quienes estaban acostumbrados a escuchar. «Estaban maravillados» señala el Evangelio. Leer más...