domingo, 7 de julio de 2013

VIVIR LA PAZ PARA TRANSMITIRLA




No se puede dar lo que no se tiene. Sólo podré dar aquello que tenga, así que quien es pobre solo podrá dar pobreza. Luego se da lo que se es. Fácil será pues entender que dar y contagiar de Xto. Jesús será posible en la medida que tú vivas y sientas como Jesús. Si no es así, darás otra cosa, pero a Jesús no.

La Palabra que hoy nos interpela nos envía a proclamar y a llevar la Paz de Jesús a todos los lugares. En su día, el día que Jesús la dijo a aquello setenta y dos discípulos, los envío a todos los lugares del mundo de aquella época para que dieran a conocer el Reino de Dios y su justicia. Los envío sin alforjas, sin sandalias, sin talega... y no se detenga en saludar a nadie por el camino.

Jesús nos quiere decir que lo primero es lo primero. Todo lo demás son medios para dar y transmitir la Paz del Reino. Y esas palabras nos las repite hoy a nosotros, porque el Evangelio es Palabra Viva de cada día y hoy se actualiza en nosotros. Aquellos, los que la oyeron en su tiempo, respondieron, pero hoy nos toca a nosotros responder. Y responder significa primero ser, ser instrumento de paz para dar esa paz.

Eso nos recuerda una cosa, mirarnos y ver si hay algo en nosotros que rompe nuestra paz, y si lo hay, destruirlo, dejarlo en el camino, no llevarlo con nosotros para que nuestra paz sea transparente, visible y se pueda ver y contagiar.

SAN FERMÍN


San Fermín

Nació en Pamplona (Navarra) y lo convirtió a la fe un discípulo de San Saturnino: San Honesto. Lo consagró el Obispo de Toulose y lo envío a predicar por Francia. En Amiens construyó un templo y convirtió muchos paganos al Cristianismo. En Francia un gobernador decidió encarcelarlo, pero el pueblo invadió la cárcel y lo liberó.

El jefe pagano de Amiens le ordenó que dejara de predicar la religión de Cristo. No quiso dejar de predicar y el gobernador le mandó cortar la cabeza. De este modo, consiguió lo que más quería en toda su vida: derramar su sangre por Jesucristo y llegar a ser mártir de nuestra santa religión. Leer más...


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