viernes, 22 de febrero de 2013

SANTA MARGARITA

Santa Margarita


En este día de fiesta por la Cátedra del Apóstol San Pedro celebramos Santa Margarita. Nació en 1247 en Italia y quedó huérfana de madre a los siete años. Su padre se vuelve a casar con una mujer dominante que hace la vida imposible a la joven. Entonces, a los 17 años se deja engañar por un agricultor con el que huye. Vivió ocho años de lujo, fiestas y pecado, pero su corazón no era feliz. Tuvo un hijo y, aún y todo, buscaba en Dios una solución. Un día, su compañero sale al campo y unos guerrilleros acaban con su vida.


V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO

Cristo te llama, Pedro, y tú le sigues;
dejas tu barca, pescador de hombres;
roca y cimiento de la santa Iglesia
Cristo te hace.

El te pregunta:
"¿Me amas más que éstos?";
tú le respondes: "Sabes que te quiero".
El te encomienda todo su rebaño;
tú lo apacientas.

Tienes las llaves, atas y desatas;
fiel al Maestro, amas más que niegas;
llegas a Roma, con tu magisterio;
mueres por Cristo.

Desde tu cielo, mira a nuestra tierra,
guía los pasos de tus sucesores
que en el primado del amor, sirviendo,
rigen la Iglesia.
Antífona 1: Dijo el Señor a Simón; “No temas: desde ahora serás pescador de hombres.”

SALMO 62: El alma sedienta de Dios
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1: Dijo el Señor a Simón; “No temas: desde ahora serás pescador de hombres.”