domingo, 6 de enero de 2013

EPIFANÍA DEL SEÑOR

Epifanía del Señor.


Tras la visita de los pastores al portal de Belén, tras el anuncio de la legíón celestial, llega la de los príncipes de oriente. Una estrella les señala la llegada del nacimiento del hijo de Dios, y recorren miles de kilómetros hacia occidente hasta dar en Jerusalén con la profecía de su nacimiento en Belén. Llegan a este pequeño pueblo y encuentran al pobre niño en un pesebre, al que adoran y llevan sus prebendas.

Es una festividad cargada de simbolismo. Los magos representan a los que buscan a Dios, siguiendo los signos que anuncian al Mesías. Son además de tierras lejanas, para adorar a un Dios universal. Y dejan todo por embarcarse en un viaje inseguro y lleno de dificultades, pero que les conduce finalmente a Dios.


 HIMNO
(Laudes)

Reyes que venís por ellas,
no busquéis estrellas ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

Mirando sus luces bellas,
no sigáis la vuestra ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

Aquí parad, que aquí está
quien luz a los cielos da:
Dios es el puerto más cierto,
si habéis hallado puerto
no busquéis estrellas ya.

No busquéis la estrella ahora:
que su luz ha oscurecido
este Sol recién nacido
en esta Virgen Aurora.

Ya no hallaréis luz en ellas,
el Niño os alumbra ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

Aunque eclipsarse pretende,
no reparéis en su llanto,
porque nunca llueve tanto
como cuando el sol se enciende.

Aquellas lágrimas bellas
la estrella oscurecen ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas. Amén.