sábado, 24 de noviembre de 2012

SAN ANDRÉS DUNG-LAC Y 116 COMPAÑERO MÁRTIRES EN VIETNAM

 Junto con todos estos mártires vietnamitas, San Andrés


Hoy se celebra la memoria de los ciento diecisiete mártires vietnamitas de los siglos XVIII al XIX proclamados santos por Juan Pablo II en la plaza de San Pedro el 19 de junio de 1988, celebra a mártires que ya habían sido beatificados anteriormente en cuatro ocasiones distintas: sesenta y cuatro, en 1900, por León XIII; ocho, por Pío X, en 1906; veinte, en 1909, por el mismo Pío X; veinticinco, por Pío XII, en 1951.

Seis de ellos fueron martirizados en el siglo XV, los demás, entre 1835 y 1862; es decir, en el tiempo del dominio de los tres señores que gobernaban Tonkín, Annam y Cochinchina, hoy integradas en la nación de Vietnam. En gran parte (setenta y cinco) fueron decapitados; los restantes murieron estrangulados, quemados vivos, descuartizados, o fallecieron en prisión a causa de las torturas, negándose a pisotear la cruz de Cristo o a admitir la falsedad de su fe. Su labor dejó huella profunda en el país y en todo el mundo. Sólo un ejemplo de los 117: el francés Jean-Théophane Vénard, de la Sociedad de las Misiones Extranjeras de París, que llegó a Tonkín en 1854 y fue asesinado a los treinta y dos años (beatificado en 1906): sus cartas inspiraron a santa Teresa de Lisieux a rezar por las misiones, de las que fue proclamada patrona junto con san Francisco Javier.

HIMNO I 
(Laudes del día)

(a elegir éste o el siguiente)
Estos que van vestidos
de blancas vestiduras,
¿quiénes son, y de dónde han venido?

Todos estos que ciñen llameantes laureles
han venido del fondo de la tribulación.
Todos estos lavaron sus vestidos de boda
en los ríos de sangre del Cordero de Dios.

Estos que van vestidos
de blancas vestiduras,
¿quiénes son, y de dónde han venido?

Son las gentes con hambre que jamás tendrán hambre,
los sedientos que nunca sentirán ya la sed.
Los abreva el Cordero con el agua de vida;
los asume en su muerte; resucitan con él.

Estos que van vestidos
de blancas vestiduras,
¿quiénes son, y de dónde han venido?

Han venido del llanto para ser consolados;
han salido del fuego y han buscado el frescor.
El Señor les enjuga con sus manos las lágrimas,
con sus manos les guarda contra el fuego del sol.